sábado, 17 de junio de 2017

AMETROPÍAS

Ametropías o defectos de refracción


AMETROPIAS
El ojo es un sistema óptico, que, en condiciones normales, permite a las imágenes formarse sobre la retina (una membrana neurosensorial sensible a la luz que tapiza el ojo por dentro). Cada ojo tiene cierta potencia óptica, llamada poder de refracción. Los defectos de refracción son anomalías de este poder refractivo, que hacen que la imagen no se proyecte con nitidez sobre la retina.
Los defectos de refracción generalmente son constitucionales (congénitos), aunque en algunos casos pueden ser secundarios (o adquiridos). Cuando los defectos de refracción son constitucionales, se les denomina ametropías.
Las ametropías son la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo. Son la causa más frecuente de consulta en oftalmología.
¿A qué se debe una ametropía?
Una ametropía puede ser debida a distintas anomalías que afectan:
  • A la longitud axial del globo ocular, o distancia entre la córnea y la retina (ametropías axiales). Son las más frecuentes.
  • Al índice de refracción del cristalino (una lente que se encuentra dentro del ojo), como ocurre en los defectos de refracción adquiridos (secundarios a otra enfermedad general o del ojo).
¿Saber más?
Vea nuestra sección 'Los ojos' y encontrará varios artículos relacionados.
¿Qué tipos de ametropía existen?
Las ametropías constitucionales son la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo.
¿Cuáles son los síntomas de una ametropía?
Los síntomas dependen del tipo y grado de ametropía. Varían desde las molestias oculares simples, a una disminución de la visión lejana y/o de la visión de cerca.
¿Puede la miopía ser un signo de otra enfermedad del ojo?
En algunas ametropías muy importantes, se puede observar con mayor frecuencia la presencia de enfermedades del ojo como glaucomacataratas o enfermedades de la retina.
En las personas adultas, en ciertas enfermedades generales (diabetes) o del ojo (cataratas, edema de la retina...), pueden aparecer modificaciones visuales ligadas a una ametropía adquirida.
¿Cómo diagnostica el oftalmólogo una ametropía?
El oftalmólogo verifica la agudeza visual en la visión de lejos y de cerca, y controla la potencia visual del ojo mediante un aparato llamado refractómetro, que le permite saber el tipo y grado de ametropía que padece cada uno y le permite prescribir la corrección óptica en cada caso.
El oftalmólogo buscará asimismo posibles anomalías de la retina o del cristalino para comprobar que no existe ninguna otra razón que justifique la pérdida de agudeza visual.
En los niños es muy importante establecer la graduación lo más precozmente posible, ya que una adecuada corrección de los defectos que pueden aparecer antes de los 9 años de edad posibilita un adecuado desarrollo del ojo. Los defectos no corregidos antes de esa edad hacen que el ojo no se desarrolle completamente, pudiéndose originar una ambliopía, que es lo que vulgarmente se conoce como ojo vago. El caso de los niños también es especial, puesto que en la mayoría de los casos es necesario graduarlos con la pupila dilatada, ya que esto evita forzar el ojo y falsear la graduación final.
¿A qué debo prestar una atención especial?
  • Si uno nota que su visión se deteriora lentamente, hay que comprobar que las lentes correctoras estén bien adaptadas a la visión.
  • Si la visión se deteriora rápida o bruscamente, consulte con un oftalmólogo.
¿Cómo se corrige una ametropía?
No existe ningún colirio u otro tipo de tratamiento farmacológico que cure las ametropías. Según los propios deseos de cada uno, y en función del examen que se le haga, el oftalmólogo puede aconsejar:
¿Debe corregirse obligatoriamente una ametropía?
La corrección óptica de una ametropía es fundamentalmente una cuestión de comodidad, salvo en las actividades en las que está en juego la seguridad, como la conducción de automóviles, en las que es obligatorio llevar gafas.

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